Primeramente vimos que ingredientes necesitábamos y elaboramos en la pizarra nuestra receta, que luego copiamos para poder realizar. Con los ingredientes ya dispuestos en la mesa, nuestro gorro de pastelero colocado y bien remangados con las manos limpias, nos pusimos manos a la masa. Después llevamos la masa hasta casa de una mamá que nos ofreció su cocina para poder hornearlas y... voilà...nuestras magdalenas listas y preparadas para comérnoslas.
Una experiencia genial llevar la cocina a las clases de infantil, donde aprendemos nuevas palabras, vemos cosas que normalmente no vemos en clase, contamos, medimos, pesamos, escribimos y sobre todo nos sentimos protagonistas de nuestro propio aprendizaje de una forma divertida y práctica.
Después pudimos ir al parque. |
guauu!!! nos encontramos con easter bunny |
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