De todos es conocido que los inventos necesitan antes ser comprobados y certificados. Pues bien, yo tengo mi pequeño laboratorio de pruebas, porque la Clase del Maestro Migue no acaba cuando la puerta de clase se cierra, ahí solo queda una parte. Después viaja algunos kilómetros y llega hasta ese rinconcito en el que cada día se cocinan nuevas locuras.
Por eso esta entrada se la quiero dedicar a mis dos peques de casa que son los que sufren las "chaladuras de maestro" de su padre, e incluso algunas veces también llegan a otra Maestra que tengo en casa (mi mujer, imaginaos como puede estar a veces el salón de casa preparando material). Bueno y para muestra un botón, aquí tenemos a la pequeña realizando un juego que estoy preparando para el aula (aprovecho que tiene también 3 añitos como los aventureros que tengo este año).
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